miércoles, 7 de julio de 2010

Dios no puede reclamar los derechos de autor sobre él.
El es único y su constante sonrisa y su manera de regalarte hermosas palabras, hacen que te olvides de todo y quedes sumergida en un mundo de fantasia, donde el sol brilla siempre y el tiempo parece no existir.
No debe pensar lo importante que es,
quizás para el mundo solo sea alguien,
pero para mí él es el mundo.


algún día desearía poder dedicárselo :(

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